miércoles, 29 de abril de 2015

Un beso en la frente.

Era su cumpleaños, en cuanto desperté pensé en ello. El reloj marcaba las ocho y cuarto de la mañana, una luz muy tenue iluminaba la habitación, las blancas sábanas estaban arrugadas en un mismo lugar. Olía a café, de hecho, olía al delicioso café que él me preparaba cada mañana. Me levanté de un salto y fui a levantar la persiana y a abrir la ventana, el sol radiaba con alegría y me daba en la cara. Fui al salón con rapidez, el tocadiscos viejo estaba encendido, sonaba Claro de luna de Debussy, mi suite favorita. Él entró en el salón con una enorme bandeja llena de manjares,
le felicité y le regalé un enorme abrazo de oso, desayunamos juntos.  No tenía porque haberse molestado en preparar el desayuno en su propio cumpleaños, pero así era él. Una vez terminado fuimos a preparar mis maletas, una de ellas ya estaba casi hecha pero la otra en cambio, estaba vacía. Me acordé de que necesitaba pan para hacerme la comida, algo importante a si que, con amabilidad le pedí que fuera a comprar algo de pan. Me iba a Italia durante quince días, ''asuntos de trabajo'', ya sabéis. Rápidamente preparé la maleta antes de que él llegase. Llegada la una, cogí las maletas y fuimos hacia el aeropuerto, él se ofreció a acompañarme. Cuando estábamos allí, tan solo faltaban diez minutos para embarcar, nos íbamos a despedir ya. Lo que él no sabía...
Lo que yo no sabía era que una de las maletas era mía y que ella no se iba por asuntos de trabajo, nos íbamos los dos a Italia, había planeado todo como regalo de cumpleaños. Le dí un beso en la frente y fuimos hacia el avión.





LUCY,


jueves, 2 de abril de 2015

Dos manos que se unen.

Me encuentro tumbada en un sofá o en una cama -no se aprecia con claridad- diría que es una cama por su gran amplitud. Estoy muy cansada, como si miles de estanterías llenas de libros hubiesen caído sobre mí, el caso es que no sé por qué estoy tan derrotada, apenas tengo fuerzas para pensar en alguna hipótesis sobre mi situación. Giro un poco mi cabeza, para cambiar de posición y puedo verle. Está muy cerca de mí pero no llegamos a tocarnos, -oh, por eso hasta ahora no sabía que estaba allí-. No sé por qué pero desde que me he dado cuenta de que él se encuentra junto a mí puedo escuchar con claridad su respiración. Es algo cansada, intentando inhalar lo máximo posible pero con poco esfuerzo. Sé qué está en un momento parecido al mío por ello. Su brazo derecho está estirado y tiene la manga de su sudadera gris bastante manchada, puedo ver su mano, tiene una forma perfecta. Mi brazo también está estirado sobre la cama, tengo la mano algo doblada y apenas me quedan fuerzas para colocarla bien, aunque me duele mucho la muñeca y sé que si lo hago estará mejor no puedo malgastar mi energía en ello, necesito respirar con profundidad o de algún modo moriré -no estoy segura de cómo yo misma estoy llegando a razonar todo esto-. De repente, noto que varios de sus dedos se mueven lentamente, queriendo llegar a mí, y que están estirándose todo lo posible. Me doy cuenta de que es él, la persona más perfecta que puede existir en el mundo, la persona que me va a despertar de esta catástrofe -no sé cómo, pero lo sé-. Decido utilizar la poca fuerza que me queda para colocar bien mi mano y llegar a la suya, aunque me ahogue en el intento sé que merecerá la pena. Entonces nuestros dedos se rozan, su piel está helada pero me gusta, alargo todo lo que puedo el brazo y entrelazo con fuerza mis dedos con los suyos, hasta que nuestras palmas también se juntan. Duele pero a la vez es placentero, es lo mejor que me podía haber pasado en toda mi vida -y eso que mi vida antes era muy bonita, o eso recuerdo-. Me arde el pecho pero tener su mano con la mía tapa cualquier dolor que tengo. Muero apaciblemente junto a él.

-Lucy

'creer que olvidar es mejor que lo demás'.

Creía que le había olvidado, que solamente era un capricho de un par de meses, una obsesión de esas mías. Por unos días pensé que no me importaba, que le había dejado atrás porque realmente no fue nada. Pero, aún sueño con él y por las mañanas es lo primero en lo que pienso, miro cada cinco minutos el móvil para ver si hay algún mensaje nuevo, (como si me fuera a decir hola o buenos días).
Aunque eso no pasa, ni si quiera se limita a saludarme por la calle, qué divertido. Por eso creí que le había olvidado, porque yo soy fantasma para él y quizás me hice una ilusión de haberlo superado, de haber dejado pasar el tren para buscar uno con un destino mejor, pero joder, yo quiero ese tren y aunque tenga que recibir golpes o balas, lo quiero, aquí.

viernes, 13 de marzo de 2015

desaparecen

Cuando no eres nada para nadie, te superponen todos y con cualquiera. Crees que algún día encontrarás a alguien que prefiera pasar una tarde contigo a miles con otras. Quieres encontrarlo y correr a abrazarle, sentarte junto a él, estar horas mirando sus ojos y diciendo, "eres precioso". Pero no sucede, no sucede con nadie, siguen prefiriendo a otras personas antes que a ti, tú siempre eres la última de todas, a la última que llaman cuando no tienen con quien salir. Y no tienes a nadie que te llame a ti primero, no tienes nada. Cuando te necesitan te quieren pero cuando tú les necesitas desaparecen. 

martes, 10 de marzo de 2015

desde el balcón, ¡hola amor! (mañanas contigo).

Lucy siempre escribe con amor.

Amanece, la luz entra sutilmente entre las cortinas, me levanto para abrir la ventana y salgo fuera, me dices 'buenos días' desde la calle y yo asomada al balcón te respondo '¡hola, amor!'. Subes corriendo las escaleras y te tropiezas, yo como siempre me río porque sé que por las mañanas la felicidad te invade (y a veces eres torpe, pero te quiero). Sonríes y me besas en la mejilla. Te devuelvo la sonrisa y te doy la mano. Vamos a la cocina y mientras tú preparas nuestro desayuno preferido yo riego las plantas del alféizar de la ventana. El olor siempre es maravilloso, como tu virtud para cocinar y hacer que el día siempre sea mejor de lo que puedo imaginar. Nos sentamos a comer en el sofá y a veces jugamos con la nata y terminamos con las manos pringosas. Si esto ocurre tú siempre traes esas toallitas con olor a aloe vera para poder limpiarnos. Son las ocho y media y tenemos que irnos. Con tranquilidad recoges los cubiertos y platos del desayuno y a la misma vez yo preparo las mochilas con los uniformes y los libros para ir a trabajar. Cuando todo está listo, coges tu bici y yo la mía y salimos de casa. Hoy toca ir por el camino donde los niños están apunto de entrar en el colegio, (siempre nos gusta ver sus sonrisas), a veces incluso señalo a los más graciosos y tú te ríes sin parar. Cuando ya llegamos al hospital, dejas la bici más cerca de la entrada mientras que yo tengo que dar una pequeña vuelta para entrar por la puerta de atrás. Antes de separarnos te digo con entusiasmo '¡Hasta luego cielo!' y tú me guiñas un ojo como respuesta. Entonces es ahí cuando se termina nuestra mañana.




un paseo por París.

Aún recuerdo la gran sombra de mi imperfecto cuerpo reflejada en las aceras de París, a esa gran torre de nombre 'Eiffel' rodeada de personas cuyo objetivo es sacarse la mejor foto para tener un recuerdo sólido, y que les lleve de vuelta cuando se hayan ido. Las risas de la gente y los chillidos de los niños, la felicidad y el amor entre las miles de parejas que viajan cada día allí para disfrutar de tal maravilla. Y quizás sólo sea una ciudad, pero no es una ciudad cualquiera, es La Ciudad, es París.



sábado, 31 de enero de 2015

quizás.

Quizás el tiempo vaya contra mí, quería atraparme y lo ha conseguido. Doy pasos inundados por oscuridad mientras que los demás corren como luz. Me quedo hundida en los lagos de penumbra cuando todos consiguen llegar a tocar las nubes. Cada mañana al levantarme me pregunto para qué y lloro porque no hay respuesta. Seo rápidamente mis lágrimas y salgo con la mochila de camino a clases, sonrío mientras lo único que quiero es correr para encontrar algo o alguien que me ayude a llegar hasta las nubes y me saque de la oscuridad.

sábado, 17 de enero de 2015

(Es lo que pasaba contigo y sin ti).

Cada pétalo componía una perfecta armonía cromática, llegando al punto en el que al observarlos viajabas libremente en un ambiente glorioso y reconfortante. Y al rozar tu piel con la flor sentías como volabas y podías apreciar la belleza de la vida. Notabas cosquilleo en las manos y una dulce sensación en todo tu cuerpo que hacía libre tu mente. Pero, cuando abrías los ojos, no veías más que oscuridad, no encontrabas salida y el sentido de la vida se desvanecía. No había luz ni esperanza, y las flores, se marchitaban. Los pétalos oscurecían y tu mente se destruía, quedabas paralizada y caías en el profundo sueño de la soledad.

-Es lo que pasaba contigo y sin ti.
           Lucy,

jueves, 18 de diciembre de 2014

Qué ruido tan triste.

Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman, 
parece como el viento que se mece en otoño 
sobre adolescentes mutilados, 
mientras las manos llueven, 
manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas, 
cataratas de manos que fueron un día 
flores en el jardín de un diminuto bolsillo. 

Las flores son arena y los niños son hojas, 
y su leve ruido es amable al oído 
cuando ríen, cuando aman, cuando besan, 
cuando besan el fondo 
de un hombre joven y cansado 
porque antaño soñó mucho día y noche. 

Mas los niños no saben, 
ni tampoco las manos llueven como dicen; 
así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños, 
invoca los bolsillos que abandonan arena, 
arena de las flores, 
para que un día decoren su semblante de muerto.


Luis Cernuda.

viernes, 28 de noviembre de 2014

S A N G R E

"muerde y sangra, sangra hasta manchar la camiseta de un rojo ardiente, absorbe la sangre que corre por sus venas y en verdad es placentero, aunque parezca que duela, notas la presión y el calor de la sangre hirviendo y llegas al punto en el que amas el hecho de que tu sangre sea la de otro (o viceversa) y entonces quieres ser como el que te robó la sangre".

    Lucy,

sábado, 15 de noviembre de 2014

Corre.

Nace.
Ríe.
Diviértete.
Párate.
Corre.
Corre.
Corre.
Respira.
Observa.
Analiza.
Dale vueltas al coco.
Preocúpate.
Llora.
Corre.
Corre.
Corre.
Cae.
Muere.

sábado, 1 de noviembre de 2014

La mar se llevó mis sueños que no volveré a recordar.

Suave brisa , agudos oídos capaces de detectar el movimiento de las aguas cada vez que la corriente decide cambiar. El agua está fría pero incluso así, decido bañarme, me quedo dormida sobre transparentes aguas y empiezo a soñar, soñar con lo que tengo y quiero mejorar, soñar con un futuro del cual no sé que ocurrirá, me hundo en un profundo mar de deseos. Noto poco a poco el roce del agua en mis manos, pero quiero seguir dormida, me siento genial y no quiero desperdiciar el momento. La fuerza de una ola me despierta y me sumerjo en el agua por unos segundos hasta que reacciono y salgo a la superficie. Es de noche y apenas puedo ver pero sé que la mar se ha llevado mis sueños que no volveré a recordar.

      Lucy,

lunes, 29 de septiembre de 2014

[Yo, y nadie más]

He empezado a pensar, a pensar en los días, las semanas, los meses y en los años, he consultado el tiempo cuyo carácter no me ayuda mucho. Aún no me ha dado cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, de como nos atrapa y destroza el pasado -y también de como planifica el futuro-. El caso, es que he pensado sobre mí, y sobre mi vida y como el tiempo la aplasta sin piedad. Habrá gente que me entienda, otra que no, pero qué más da, sé que lo único que tengo para expresar lo que siento es papel y pluma (y un ordenador) y que aunque nadie sepa de la existencia de mis escritos puedo expresar libremente lo que siento, sin vergüenza alguna.
Cada noche me paro a pensar antes de dormir qué es lo que quiero para mi vida, que es lo que impide que esto se haga realidad o cosas cómo pensar en quiénes son los verdaderos amigos que se preocupan por ti. Desgraciadamente, hay muchas cosas que impiden que todo lo que quiero en mi vida sea real, también, hay pocos amigos que se preocupen por mí, pero ellos son todos geniales y supongo que no necesito a muchos más. Por otra parte, he pensado en ese tema al que todos le tenemos miedo, el amor, el querer a una persona en tu vida por un largo tiempo, en dedicarle tu tiempo y amor a alguien simplemente por el hecho de quererla. Es bonito, lo es, pero mucha gente tiene miedo a un no, a caer y caer y no levantarse, a no en contar a nadie que le quiera y le haga sentirse mejor, tenemos miedo a la soledad, al rechazo y a las burlas de algunas personas.
Quiero decir a todas esas personas que la caída no es tan grande como esperan, que vale muchísimo más el amar a una persona durante unos años, que no tiene punto de comparación la derrota con el triunfo. Puede que a veces nos rechacen y nos duela, pero todo el tiempo que hemos pasado amando a una persona cubre el daño del rechazo porque no hay nada mejor en este mundo que el amor.

Lucy,

-

-

martes, 16 de septiembre de 2014

Amor.



Amor, sé que es inútil esforzarse,
nadie va a querer a alguien como yo,
y no quiero derramar lágrimas por nadie,
pero quiero que sepas, que un día te quise y que me gustaría que me hubieras querido. 

     Lucy,

viernes, 12 de septiembre de 2014

No sé lo que me pasa (2)

No sé aún dónde estoy, no puedo diferenciar en si me encuentro en un sueño o simplemente si ya formo parte de la vida real, quiero ponerme en pie pero no lo consigo, mi cuerpo está totalmente inmóvil en medio del bosque. Los árboles apenas tienen vida, culpa de la caída de otoño, por lo que me encuentro totalmente rodeada de hojas secas y muertas. Intento moverme, por suerte, mi cuerpo ahora responde adecuadamente, le ordeno que se levante y se desplace de forma ágil y rápida, entonces quedo sorprendida una vez más al ver que en pocos segundos me encuentro en un lugar lejano al anterior. Me mantengo quieta y me concentro en poner atención a los piares de los pájaros, el sonido es tan intenso que por un segundo pienso que están muy cerca de mí, pero me equivoco, están todos en la parte más alta de los árboles, en sus nidos, piando por la falta de comida. De pronto, un animal sale de unos matorrales cuyas hojas aún no han caído pero ya poseen un color característico del otoño. Me encuentro a una distancia media de la criatura, en cambio, puedo apreciarla con detalle, cada uno de los finos y marrones pelos que contiene y que forman un perfecto pelaje y sus ojos, sus pequeños ojos negros que indican una gran atención en mí. Rápidamente decido apartar mi atención del animal y seguidamente me pongo a correr para alejarme de aquella criatura.